El lujo no es exceso, es simetría. El diseño no es ornamento, es declaración.

Nacido en los rugientes años veinte y madurado en los sofisticados treinta, el Art Deco no fue un estilo: fue un manifiesto de modernidad. Su alma es una sinfonía de líneas rectas, ángulos audaces, patrones geométricos y materiales que brillan con arrogancia contenida. Desde los rascacielos de Manhattan hasta los vestidores de Hollywood, el Art Deco no decoró el mundo: lo rediseñó.

El Art Deco emergió como una respuesta al caos: la Gran Guerra había dejado cicatrices, pero también un deseo colectivo de reinventar el futuro. Nada de curvas lánguidas ni romanticismos pasados; aquí todo era acero, vidrio, cromo y elegancia sin disculpas. El estilo bebía tanto del Cubismo como del Futurismo, del Egipto redescubierto como del jazz recién nacido.

El resultado: un universo visual en el que todo —desde un edificio hasta un encendedor— podía ser una joya.

Laca negra. Ébano. Aluminio. Mármol. Marfil. Cristal de roca. En el Art Deco, los materiales hablaban con acento cosmopolita. Las superficies eran pulidas hasta la perfección, los colores no se mezclaban: contrastaban con intención. El oro se usaba sin miedo. El nácar aparecía en interiores como si fuera lo más natural del mundo. En su máxima expresión, el Art Deco no era minimalista: era preciso.

En arquitectura, el estilo alcanzó su zénit en estructuras como el 

: un cohete vertical cubierto de acero inoxidable, apuntando sin pudor hacia el cielo. En mobiliario, los diseñadores como Émile-Jacques Ruhlmann y Jean Dunand entendieron que una silla podía ser tan poderosa como un automóvil Packard.

La gráfica y la moda no se quedaron atrás: 

tipografías angulosas, portadas de revistas como Vogue o Harper’s Bazaar

, vestidas con mujeres de siluetas rectas y labios escarlata. El cuerpo se liberaba del corsé y se vestía de satén, con perlas largas y hombros marcados.

Como todo lo que brilla demasiado, el Art Deco fue eclipsado por guerras y crisis. Pero como un diamante enterrado, nunca dejó de latir. Su redescubrimiento en los años 80 y su influencia en estilos contemporáneos como el 

 prueban que la elegancia nunca pasa de moda.

Hoy, el Art Deco es símbolo de un pasado que no temía al futuro. Un recordatorio de que se puede ser moderno sin ser frío. Que la belleza no está reñida con la utilidad. Que la geometría también puede emocionar.

Art Deco no fue un estilo, fue una promesa. Una promesa de que el mundo podía ser recto, brillante y lleno de posibilidades.

La Era del Esplendor Geométrico: Una Celebración del Estilo Art Deco

En los últimos meses, si has abierto Instagram o TikTok, seguramente has visto unas uñas brillantes, con un acabado perlado y etéreo, casi como si estuvieran cubiertas por una capa de azúcar glass. Estas son las uñas glaseadas, o glazed donut nails, y han pasado de ser una moda viral a un posible nuevo básico en el mundo del nail art.

Pero, ¿de dónde viene esta tendencia, y por qué ha conquistado tantos sets de uñas?

Las uñas glaseadas se caracterizan por tener un acabado perlado, brillante y translúcido. El efecto se logra generalmente con:

Una base de color neutro (rosado, nude, blanco lechoso).

Un polvo cromado nacarado que se frota sobre la capa semiseca del top coat.

Un sellado final con brillo que potencia ese efecto "glass".

El resultado: unas uñas sutiles, elegantes y futuristas que combinan con absolutamente todo.

Aunque el estilo existe desde hace tiempo, fue Hailey Bieber quien popularizó el término “glazed donut nails”, cuando apareció en la MET Gala con uñas brillantes como el glaseado de una dona. Desde entonces, celebridades, influencers y salones de todo el mundo han replicado el look.

 No necesitas diseños recargados para que llamen la atención.

 Aunque el clásico es el blanco perlado, puedes probar con rosas, lilas, duraznos o incluso verdes suaves.

 Dan la impresión de manos cuidadas, pulcras y profesionales.

¿Cómo adaptar las uñas glaseadas esta temporada?

 Líneas finas o puntos dorados sobre el brillo.

A diferencia de otras modas virales, las uñas glaseadas tienen algo a su favor: la discreción elegante. No gritan por atención, pero cuando se ven, brillan con luz propia. En ese equilibrio está su potencial para convertirse en un nuevo clásico, como lo fue en su momento el french manicure.

Uñas Glaseadas: ¿Moda pasajera o nuevo clásico?

Ingresar al mundo de las uñas es apasionante pero también puede llegar a ser abrumador, mientras los tableros de Pinterest y las publicaciones de Instagram nos apasionan, la realidad es que comenzar a montar tu propio espacio personal para la colocación de uñas puede ser un reto.

Hemos creado un resumen general del panorama de las uñas para que tu introducción a este medio sea por lo menos más estructurado y menos abrumador. Dominar las técnicas, estilos y adquirir el equipo necesario tomará tiempo, pero las razones por las que estamos aquí deben seguir intactas, amamos las hacer/hacernos las uñas.

A continuación, te explicamos los estilos de uñas más populares y solicitados a lo largo del tiempo (por lo menos los últimos 20 años):

Una de las técnicas más conocidas. Se crea una mezcla entre 

 alargar uñas, estructuras resistentes y formas complejas (almendra, estileto, coffin).


Se aplica un gel especial que se seca con lámpara UV/LED. Son más 

 quienes buscan una apariencia más flexible y ligera.


Combinación de lo mejor del acrílico y del gel. Es moldeable como plastilina y se seca con lámpara.


 quienes quieren resistencia sin tanto olor o limado.


Sistema de inmersión en polvo pigmentado, sellado con activadores. No requiere lámpara.


 acabado fuerte y rápido con mínimo tiempo de aplicación.


Consiste en limpiar la cutícula en seco con torno, permitiendo un acabado 

 quienes buscan una manicura precisa y duradera con esmalte semipermanente.


La forma de la uña influye en cómo se ven tus manos y en la personalidad que proyectas. Aquí te dejamos las principales formas:

Muy populares entre influencers y artistas.

Punta ovalada, alargan visualmente los dedos.

Gran equilibrio entre estilo y practicidad.

Ideales para diseños artísticos y atrevidos.

No recomendadas para actividades manuales intensas.

Uñas squoval (cuadradas con bordes redondeados)

Combinan lo clásico de la uña cuadrada con la suavidad de la redonda.

Buena opción para quienes no quieren formas tan extremas.

Cada forma se puede adaptar a distintos estilos decorativos, como diseño a mano alzada, encapsulados, esmaltes con efectos especiales, francesas modernas, y más.

El Universo de las Uñas: Técnicas, Estilos y Tendencias que Debes Conocer

, cada gesto, cada prenda y cada espacio están diseñados con intención. Nada es accesorio. Y en el caso de Yubaba, la imponente bruja que domina los contratos y las transformaciones, incluso sus uñas cuentan una historia. A simple vista, podría parecer un detalle estético más, pero si se observa con atención, las uñas de Yubaba (y su hermana gemela Zeniba) son un símbolo de poder, disciplina y presencia.

 explora cómo un mismo diseño puede reflejar dos tipos muy distintos de poder femenino: el que se impone desde el control y el que se sostiene desde la contención.

Yubaba no necesita gritar, aunque lo hace, para ser temida. Cada movimiento suyo está calculado, es teatral y cargado de autoridad. Y sus uñas no son la excepción.

 Rojo brillante, pulido hasta la perfección. No hay esmalte fuera de lugar.

 Gloss extremo, espejo, que atrapa la luz como si de joyas se tratara.

 Anillos enormes con piedras preciosas, distribuidos estratégicamente en cada dedo. Ninguno compite con las uñas; todos las enmarcan.

Estas uñas no son un lujo, son un instrumento de poder. Señalan, firman, ordenan. Marcan la distancia entre ella y los demás. Son un recordatorio constante de que Yubaba no es alguien a quien uno quiera contrariar.

El rojo, en ella, no es pasión: es fuego, sangre, dominio.

Cuando conocemos a Zeniba, notamos el impacto inmediato de su carácter. Comparte la misma figura, el mismo peinado, los mismos accesorios que su hermana… sin embargo, nada en ella se percibe igual.

. Los anillos siguen ahí. Y sin embargo, pierden todo matiz intimidante. En Zeniba, estos detalles no imponen, invitan.

El rojo en Zeniba es ceremonia, respeto por sí misma. Sus uñas no controlan: delimitan. Hablan de una mujer que conoce su poder, pero no necesita desplegarlo para obtener lo que quiere.

Este contraste entre las gemelas subraya una idea poderosa: el diseño puede ser el mismo, pero la intención lo transforma todo. Las uñas de Yubaba y Zeniba nos enseñan que la estética no es neutra. Que las manos pueden ser lenguaje. Y que el poder no siempre necesita volumen: a veces basta con presencia.

“Las uñas de Yubaba dicen: ‘obedece’. Las de Zeniba, ‘elige bien’.”

Diseño de uñas inspirado en las hermanas para tu salón

 Anillos grandes dorados con gemas verdes o azules.

 Rojo brillante con un sutil degradado rosa en la base.

 Anillos opacos, perlas o gemas suaves que reflejan luz sin exagerar.

Estilos de Uñas

La Era del Esplendor Geométrico: Una Celebración del Estilo Art Deco

Uñas Glaseadas: ¿Moda pasajera o nuevo clásico?

El Universo de las Uñas: Técnicas, Estilos y Tendencias que Debes Conocer

Las Uñas de Yubaba (y Zeniba): Una Lección de Poder y Sombra en Esmalte Rojo