La onicofagia o el hábito de morderse las uñas, es más común de lo que se cree. Descubre los distintos métodos para combatir esta mala costumbre.
El daño en las uñas, si no se trata a tiempo, puede ser irreversible, por lo que es importante conocer las repercusiones que trae dicha manía.
De primera instancia está el problema estético, pero va más allá de eso. Morderse las uñas influye en el ámbito social, refleja la situación emocional o psicológica y además, afecta la salud tanto de nuestros dedos como de nuestra boca.
Las manos son portadoras de una gran variedad de microorganismos que, al llegar a la boca, pueden producir infecciones. Asimismo, perjudica el esmalte de los dientes y las encías.
El primer paso es descubrir qué es lo que está causando el impulso; en muchas ocasiones suele ser el estrés o la ansiedad. Si se encuentra un factor en común cada vez que se lleva la mano a la boca, una buena opción sería acudir a terapia psicológica para trabajar el problema que está afectando.
Otras alternativas más directas pueden ser masticar raíz de regaliz o chicle, ya que mantener la boca ocupada obstaculiza morderse las uñas.
Una forma distinta de impedirlo es con objetos como juguetes fidgets. Existe un sinfín de variedades que se acoplan a cada persona y necesidad.
Si no te atrae la idea de estar cargando contigo algunas cosas extras, puedes optar por ponerte uñas postizas. Aún existe la posibilidad de que las muerdas, pero al menos ya no se maltratará tu uña natural y a la vez le darás un tiempo de recuperación.
Enfocar las manos en otro artefacto o sustituir la acción con otra similar, son métodos viables para acostumbrar al cerebro y aprenda a dejar de morderse las uñas, enfocándose en hacer algo distinto.
Para ambas situaciones, tanto tener la boca o las manos con nuevos objetos, requiere que estén a la mano y que sean de fácil acceso en cualquier momento.
Incluso la aplicación de pintauñas puede ser de ayuda para evitarlo. Además existen esmaltes específicos para la onicofagia que tienen un sabor desagradable, ocasionando que relaciones morderte las uñas con una sensación realmente incómoda.
Existen soluciones caseras para esto último. El Aloe Vera tiene propiedades cicatrizantes y antibacterianas, pero su sabor no es para nada apetitoso.
Corta una de sus pencas por la mitad, retira el contenido transparente de su interior y guárdalo en la nevera toda la noche. Notarás que su color cambió debido a la oxidación. Aplícalo en tus uñas y permite que se seque.
Ahora cada vez que introduzcas tus uñas a la boca, tendrás un sabor amargo que te hará no querer repetirlo nuevamente.
Recubrirse las puntas de los dedos es otra táctica. Usar apósitos o cinta masking tape y cambiarlos diariamente es una posibilidad; si vives en una zona donde hace frío, el uso de guantes quizá te sea beneficioso; también venden de dedo de silicona que puedes colocarte y así lo que te lleves a la boca, no será tu uña directamente.
Existen muchas formas para disminuir y erradicar la onicofagia, sólo es cuestión de encontrar el que más te acomode. Recuerda que el primer paso es aceptarlo y que no hay nada de malo en acudir con especialistas para recibir apoyo.